Los Lagos de Covadonga, están formados por dos lagos: Enol y Ercina. Ambos lagos, son de origen glacial. Se encuentran a una altitud de 1134 metros, en pleno paraje de los Picos de Europa y muy cerca del Santuario de Covadonga. Es un entorno con una belleza cautivadora, un lugar lleno de encanto que no te puedes perder. Se llega a ellos después de un viaje de sinuosas curvas y precipicios, con preciosos paisajes de montaña. En el ascenso a los Lagos de Covadonga, será fácil que puedas encontrarte con vacas pastando al lado de la carretera. Antes de llegar a los lagos, puedes hacer una parada en el Mirador de La Reina, desde el cual tendrás una espectacular panorámica donde en días despejados. Desde él, podrás llegar a ver el Mar Cantábrico. Si la climatología te acompaña, es un lugar de ensueño, un verdadero Paraíso natural.
El primero de los lagos que nos encontramos, es el Lago Enol, a unos 1070 metros de altitud, con una profundidad máxima de 25 metros, una anchura máxima de 400 metros y una longitud de 750 metros. La vista que te encuentras desde la carretera tras coronar el alto que le precede. Te introduce en un paisaje que va creciendo en intensidad primero con este lago, y después con el segundo lago.
Tras bordearlo, llegaremos al Lago Ercina, un lago más pequeño en dimensiones que el Enol, a unos 1108 metros de altitud y con una profundidad máxima de 3 metros. En él, podrás pasear a su alrededor, ver fauna y flora de la zona y escuchar el ruido de la cascada que al fondo, continúa llenando este precioso lago.
El mirador que hay entre los lagos, al cual puedes acceder caminando. Te permite ver el a un lado el Enol y al otro el Ercina desde arriba. Podrás tomar panorámicas espectaculares.
En los Lagos, podrás visitiar el Centro de Visitantes Pedro Pidal, así como las Minas de Buferrera, con un entorno entre rocas y pequeños túneles que podrás atravesar. Son unas antiguas minas donde se extraía hierro, manganeso y otros metales.
Ruta al Lago Bricial
En Los Lagos de Covadonga, hay un tercer lago que se forma en época de deshielo, es el Lago Bricial, un lugar apartado, al cual no se accede en coche, un encanto natural. Un entorno en el que evadirse de todo, con un silencio que llena el lugar, todo un descanso para tus sentidos.